Por Wladimiro Navarro, Sales & Marketing Manager de Addalia
Los Smart Contracts (contratos inteligentes) aportan un modelo que permite la ejecución de aplicaciones que automatizan los términos de un contrato, minimizando las excepciones y la necesidad de intermediarios que verifiquen su cumplimiento y su interpretación. Estos Smart Contracts implementados sobre una blockchain permiten que se ejecuten de forma autónoma, transparente a todas las partes, sin posibilidad de alterar su contenido, ni los resultados de su ejecución. Su campo de aplicación es tan amplio como nuestra capacidad de imaginar usos para ellos.
Existen varias plataformas para la ejecución de Smart Contracts, de hecho las propias transacciones de Bitcoin son ejecuciones de Smart Contracts pero limitadas a un tipo de operaciones específicas. La plataforma más famosa es Ethereum, pues ha conseguido materializar una red potente para la ejecución de contratos distribuidos y los elementos necesarios para hacer relativamente sencillo su desarrollo. Pero al igual que pasó con Bitcoin, han aparecido otras plataformas que también permiten crear y ejecutar Smart Contracts. Las hay, incluso, que permiten ejecutar contratos compatibles con Ethereum en la red de Bitcoin, para terminar de complicar el dibujo.
Aplicaciones de los Smart Contracts
Los Smart Contracts, además de permitirnos programar y automatizar contratos “tradicionales” entre personas, abren un mundo nuevo de posibilidades, como que las “cosas” interactúen entre sí y con personas en base a contratos que regulan las relaciones. Nuestro coche, de forma automática, podrá informar que los frenos han llegado a su nivel de desgaste y solicitar que se disponga de los repuestos necesarios, o si una pieza falla, determinar si estaba en garantía sin necesidad de que nadie tenga que revisar ningún elemento, ni el contrato del vehículo. Los Smart Contracts permiten, por ejemplo, automatizar repartos de fondos cuando se cumplen las condiciones, sin que tenga que intervenir ningún intermediario para validar las cláusulas del contrato, ni para ejecutarlas.
Qué es blockchain y cómo funciona
Dentro de las aplicaciones que pueden darse a los Smart Contracts, hay dos que están teniendo una relevancia importante por las implicaciones que están teniendo: las ICOs (Initial Coin Offers o traducido Oferta Inicial de Monedas) y las DAOs (Decentralized Autonomous Organization o traducido Organizaciones Autónomas Descentralizadas).
- ICOs. En los últimos meses están proliferando las ICOs que se gobiernan con un Smart Contract en el que se establecen las reglas para la adquisición de la nueva moneda y gestionan de forma automática la emisión y compra de la misma.
- DAOs. Otro tipo de aplicaciones muy interesantes son las DAOs, que llevan la automatización de contratos al gobierno de organizaciones completas, gestionando de forma automática las relaciones entre las personas y entidades que forman parte (empleados, inversores) o interaccionan (proveedores, clientes) con la organización, incluyendo los mecanismos de toma de decisión: qué temas se deben someter a decisión, quienes pueden hacer propuestas, quienes participan en la toma de decisión, que nivel de consenso se debe alcanzar, las consecuencias de alcanzar los objetivos, etc. Esto da lugar a organizaciones que viven en un mundo virtual y se gobiernan por contratos no convencionales con un entorno “legal” en cierto modo “al margen de la ley”.