Hemos tenido el placer de entrevistar a Daniel Medina, creador del blog Nuevo Financiero, que nos ha explicado cómo la tecnología está transformando las finanzas.
En los últimos años, el auge tecnológico ha impulsado la transformación digital en las finanzas. No obstante, si bien es cierto que las nuevas tecnologías, como el Blockchain o la Inteligencia Artificial, han irrumpido en el panorama financiero para ofrecer interesantes ventajas y funciones, también es posible apreciar que, en ocasiones, la banca no está aprovechando al máximo todo el potencial que proporcionan las tecnologías más disruptivas.
Para conocer a fondo cuál es el estado actual de la transformación digital en las finanzas, hemos entrevistado a Daniel Medina, Director de Oficina en Caja Rural de Navarra y creador del blog Nuevo Financiero, un medio digital de referencia que explica de forma sencilla los nuevos productos y tendencias financieras. A continuación puedes ver qué es lo que piensa este experto sobre las nuevas soluciones digitales, el uso que la banca está haciendo de ellas y el futuro de la transformación digital en las finanzas.
Addalia: Desde tu punto de vista, ¿cuáles son las principales ventajas que aportan las soluciones digitales a las entidades financieras y usuarios?
Daniel Medina: Los nuevos desarrollos tecnológicos han impulsado a la transformación digital financiera. Innovaciones como Blockchain, Big Data, Inteligencia Artificial, Sistema Cognitivo o IoT están revolucionando el mundo financiero. Estos son algunas de las tecnologías más disruptivas del sector financiero y las principales ventajas que aportan:
- Big Data: Posibilita el Real Time Decision (RTD) o decisiones en tiempo real a partir del análisis de datos. Por tanto, es un modelo predictivo adaptativo, hace predicciones en tiempo real adaptándose a los cambios de las necesidades del cliente. Estas son algunas de sus aplicaciones en las finanzas:
- Segmentación del cliente (mejor conocimiento de nuestros clientes para una oferta personalizada).
- Análisis y Gestión del Riesgo (mejor capacidad predictiva a la hora de analizar y gestionar el riesgo).
- Detección del fraude y blanqueo de capitales.
- Inteligencia Artificial/ Machine learning: Sistemas informáticos que aprenden automáticamente por si solos (sin intervención humana). Permiten importantes mejoras de cara a la concesión de créditos y análisis de riesgos, desarrollo de sistemas de Trading automatizado (robo advisor quant advisor), como centro de consultas para los empleados o clientes (call center) de una entidad financiera, detección de morosidad (mejor conocimiento del cliente)…
- Blockchain: Para muchos, en un futuro, será la tecnología más revolucionaria de Internet… Las aplicaciones de la cadena de bloques en las finanzas son muy amplias. Actualmente, donde más repercusión tiene blockchain es en los Pagos o envío de remesas y las Criptomonedas (a día de hoy, no pasan por su mejor momento…).
- Biometría: En las finanzas es esencial verificar la identidad del cliente a la hora de realizar una transacción. Firma con la voz, reconocimiento facial, huellas dactilares o reconocimiento de iris están a la orden del día Sin duda estos desarrollos tecnológicos, bien implementados, pueden generar importantes beneficios a las entidades financieras (segmentación de clientes, disminución de costes, análisis de riesgos) y sus usuarios (ahorro de comisiones, rapidez, comodidad…)
A: En tu opinión, ¿los bancos tradicionales están aprovechando el potencial que ofrecen las herramientas digitales al sector financiero? ¿En qué punto crees que se encuentran los bancos en la implementación de estas tecnologías?
D.M: Después de la “revolución digital”, para que una determinada entidad financiera pueda ponerse a la altura del nuevo cliente digital, no solo es necesario la inversión en tecnología, es primordial un cambio de paradigma tanto de la organización como de los empleados que la forman, entendiendo los nuevos procesos y comunicándose con los clientes a través de los canales que estos utilicen.
Los modelos de negocio de las entidades financieras deben de ser adaptados a las nuevas peculiaridades de los clientes y al entorno. Nos encontramos en la era digital donde el cliente tiene mayor capacidad de decisión, más información y posibilidades de elegir. El cliente digital cada vez es más exigente, valora la inmediatez y las cosas bien hechas. El cliente se ha convertido más que nunca en el centro y sus preferencias deben marcar la política de las entidades financieras. A pesar de esto, en la banca tradicional siguen existiendo rigideces que no son fáciles de reconducir.
Las entidades financieras llevan realizando la misma banca desde hace 50 años (con sus matices, claro), tienen una estructura creada de empleados, oficinas y back office que requiere un mayor tiempo de adaptación que las nuevas startups (Fintech), más verticales y especializadas en un determinado nicho.
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR
Procesos financieros automatizables con RPA
A: ¿Cuáles son tus previsiones de futuro en relación a la transformación digital de las finanzas?
D.M: Quizás, el proceso de digitalización financiera no sea tan rápido como aparenta. A día de hoy, existen dos tipologías de cliente muy diferenciadas:
- El cliente tradicional: Cliente que valora la atención personalizada en su entidad financiera. Le gusta la confianza que le aporta su gestor en la sucursal y el asesoramiento personalizado en todas sus decisiones financieras.
- El cliente digital: cliente que tiene autonomía de decisión. Se informa mucho de lo que va a contratar y sus canales de formación son las redes sociales y blogs especializados. Sobre todo valora la inmediatez y las cosas bien hechas, es un cliente más exigente que el tradicional. Podemos categorizar a los clientes digitales y tradicionales en función de la generación digital a la que pertenecen (de más a menos digitales: nativos digitales, millennials, generación X, Baby Boomers y generación silenciosa).
Por otra parte, a pesar de las numerosas regulaciones financieras de los últimos años (en 2018 MIFID y PSD2) determinados “productos digitales” como las criptomonedas e ICOs han quedado fuera de regulación. Además, estos productos financieros han adquirido mala imagen en el 2018, debido a sus fuertes devaluaciones (para muchos, burbuja de criptomonedas). A diferencia de cualquier acción o compañía, la cotización de una criptomoneda no depende de sus fundamentales (balance, cuenta de resultado, PER, Cash-Flow…). La inversión en criptomonedas es muy arriesgada y que cualquier persona que invierta tiene que ser consciente de la volatilidad enorme de estos activos.
A estos dos factores comentados (generaciones digitales y problemas de legislación e imagen) habría que sumar el comentado en la segunda pregunta. Las entidades financieras representan el 95% de las finanzas y tienen rigideces que no son fáciles de reconducir (estructuras creada de empleados, oficinas y back office que requiere mucho tiempo de adaptación).
La transformación digital de las finanzas avanza con paso firme, pero todavía quedan años donde convivirán el cliente tradicional y el digital.